Más allá de coincidencias y discrepancias puntuales con partes de su contenido, transcribimos el importante discurso pronunciado por el Presidente de la Nación, Javier Milei, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario de la gesta histórica del 2 de abril.
Palabras del presidente Javier Milei en el acto en conmemoración del 42° aniversario del Día de Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas.
Hoy estamos aquí reunidos a 42 años del inicio de la guerra de Malvinas para conmemorar y rendir homenaje a nuestros Héroes a los Caídos en combates y a sus familia el menor el mejor homenaje a los que dieron la vida por nuestro país es defender el reclamo inclaudicable por la soberanía Argentina sobre las Malvinas, Georgia del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes pero un reclamo real y sincero no meras palabras en foros internacionales con nulo impacto en la realidad y que solo le sirven al político de turno para impostar un falso amor por el país. Nos hemos cansado de escuchar a lo largo de las últimas décadas, políticos que se golpean el pecho defendiendo nuestro justo reclamo por las Islas sin que tenga un solo resultado para nosotros para mostrar después de todos estos años.
Para que los reclamos soberanos sean escuchados y respetados, es condición necesaria primero que el país y su dirigencia sea respetada ya que nadie tomaría en serio el reclamo de defolteadores seriales corruptos o dirigentes políticos que más que una visión de país lo que defienden es un modelo de negocios para que una Nación soberana sea respetada en el concierto de las Naciones hay dos condiciones esenciales que deben darse. Esa Nación debe ser protagonista del comercio internacional y también debe contar con Fuerzas Armadas capaces de defender su territorio frente a cualquiera que intente invadirlo. Nadie escucha ni respeta a un país que solo produce pobreza y cuyos políticos desprecian a su propia Fuerzas. Argentina producto de la diligencia política en las últimas décadas no ha cumplido con ninguna de las dos condiciones que acaba de señalar.
No es coincidencia que poco y nada se haya avanzado en el reclamo por nuestras Islas. Somos, después de décadas, el primer gobierno que se hace cargo de esta situación y que tiene un rumbo claro para hacer un país realmente próspero y soberano. No hay que irse muy lejos ni inventar nada nuevo. Hubo una generación de dirigentes en nuestro país que hoy recordamos como la generación del 80, que consolidó nuestra soberanía territorial y nos marcó el rumbo para cumplir tamaño tarea. De esa generación, la principal inspiración para nuestro reclamo de soberanía es el gran General Julio Argentino Roca, el padre de la Argentina moderna.
De esa generación la principal inspiración para nuestro reclamo de soberanía, como decía, es el gran General Julio Argentino Roca, el padre de la Argentina moderna. Él comprendió como nadie el mandato de una economía próspera y de una Fuerzas Armadas respetadas como base de una Nación grande. Este 2 de abril y en homenaje a nuestros veteranos y sus familias, tenemos que retomar su ejemplo. Argentina es el octavo país más extenso del mundo, tiene soberanía plena sobre nuestros más de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, requiere de una economía pujante y vigorosa. Una economía que genere riquezas y oportunidades en cada rincón del país. No existe soberanía sin prosperidad económica y común muestra toda la evidencia empírica no existe prosperidad económica sin libertad económica.
Justamente en materia económica, los presidentes de la llamada generación del 80 no hicieron otra cosa que lo que nosotros proponemos hoy en día: un Estado restringido a sus funciones esenciales y libertad para producir, trabajar, comerciar y circular gracias a ellos, Argentina se pobló hubo orden, progreso y oportunidad a lo largo y ancho de la patria. De ser una tierra de bárbaros, pasamos a hacer una tierra de oportunidades para millones de inmigrantes que llegaron para forjar su propio destino. Todas las reformas que impulsamos hoy son para que los argentinos volvamos a ser libres y de esta libertad surja una Nación fuerte y próspera con poder real para reclamar por su soberanía y ser respetada por otras naciones.
Pero como demostró el presidente Roca, la economía por sí sola no alcanza. No hay soberanía, no hay respeto internacional por nuestros intereses, si la dirigencia política hace hasta lo imposible para ensuciar el nombre de nuestras Fuerzas Armadas. En los años donde se consolidó nuestra soberanía las Fuerzas Armadas eran valoradas por el conjunto de la dirigencia y por la sociedad. Vestir un uniforme era motivo de enorme orgullo. La política ha querido borrar esto de nuestra memoria colectiva, hostigando y humillando a nuestra fuerzas, pero ¿qué reclamo por la soberanía es posible si la dirigencia de un país se dedica menospreciar y hostigar a sus Fuerzas Armadas? ¿qué homenaje a los Héroes Malvinas puede ser sincero sin simultáneo, el Estado financia grupos y organizaciones que no hacen otra cosa que desprestigiar a nuestra fuerzas? A los Héroes de Malvinas y a nuestras Fuerzas Armadas les digo, ese tiempo se ha acabado ustedes son motivo de orgullo para nuestra Nación y en esta nueva Argentina tendrán el respeto que les ha sido largamente negada. Pero además no quiero que el respeto a las Fuerzas Armadas y a los Héroes de Malvinas sea monopolio de un espacio político ¡No! Nuestros militares y veteranos se merecen algo más grande y duradero que eso. Por eso convoco al conjunto de la sociedad y a la dirigencia política a que este 2 de abril inauguremos una nueva era de reconciliación con las Fuerzas Armadas que trasciende a este gobierno. Una era que rinda homenaje sincero a sus Héroes dándole a las Fuerzas Armadas el lugar el reconocimiento y el apoyo que se merecen.
Una era donde el apoyo a las Fuerzas Armadas venga acompañado de una economía próspera y pujante para que puedan contar con los recursos y la tecnologías necesarias para defender a nuestra patria con dignidad. Una era donde estemos a la altura del sacrificio de nuestros Héroes y Caídos, donde ellos puedan ver desde el cielo y la tierra una Argentina próspera y grande de nuevo. Una era en la que cada argentino, en cada rincón de nuestro país, sienta gratitud frente a aquellos que por vocación deciden vestir los uniformes de la patria y enaltecer los colores de nuestra bandera. El primer paso de esta nueva doctrina lo daremos el 25 de mayo en la Docta, en la provincia de Córdoba, donde firmaremos el Pacto de Mayo, estableciendo las diez políticas de Estado del nuevo orden económico argentino y para el que quiero extender una invitación especial no solo a los miembros del Estado Mayor Conjunto y las Fuerzas Armadas sino también a las organizaciones de veteranos de Malvinas para que sean testigos y estandartes de la nueva Argentina.
Para finalizar quiero reiterar nuestro reclamo inclaudicable por las Islas y me comprometo a que, durante nuestro gobierno, podremos tener una hoja de ruta clara para que las Malvinas vuelvan a manos argentinas. A los veteranos, a sus familias y a todos los que visten un uniforme en defensa de la patria, quiero agradecerles su servicio en nombre de todo el pueblo argentino. Que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias y ¡viva la libertad carajo, viva la libertad carajo, viva la libertad carajo!