Foro de Buenos Aires

Carta de Buenos Aires

Los jóvenes políticos, líderes y dirigentes de la sociedad civil convocados a lo largo y ancho de toda América, nos encontramos en el Foro de Buenos Aires a los fines de construir un espacio de encuentro, reflexión y diálogo destinado a sentar las bases de una arquitectura política de alcance continental destinada a coordinar acciones para la defensa y promoción de la vida, la libertad, la soberanía, la seguridad y la prosperidad económica de nuestros pueblos.

CONSIDERANDO:
Que los poderes globalistas han articulado a la izquierda progresista de todo el continente con el fin de abatir los valores fundantes de la cultura occidental, y así debilitar el poder de las naciones, atentando directamente contra la libre determinación de los pueblos y su soberanía.

Que demostrando una gran destreza táctica a la hora de impulsar políticas públicas, lograron consolidarse en la región e imponer regímenes autoritarios. Los mismos sostienen una forma de hacer política que pretende callar las voces disidentes valiéndose muchas veces de la concentración de los medios de comunicación y promoviendo la censura política, que en tantos casos ha terminado en violaciones a los más elementales derechos humanos.

Que este tipo de prácticas son las que han socavado las bases del sistema republicano de división de poderes para cooptarlo mediante el litigio estratégico conculcando derechos fundamentale. Y de esa manera perseguir a quienes no comulgan con lo políticamente correcto dentro del esquema globalista y progresista, como un medio eficaz para perseguir a los enemigos y garantizar la impunidad a los propios.

Que en el ámbito económico se han impulsado políticas de déficit fiscal estructural a expensas del sector productivo. No sólo de quienes poseen los
medios de producción sino también de quienes ven saqueados sus salarios por la inflación y desmesurados impuestos.

Enarbolando banderas socialistas han hecho de nuestro sistema un capitalismo de amigos, en donde se condena a los capitalistas siempre y cuando no formen filas con el oficialismo de turno. El expolio al sistema productivo, al empleo privado formal y al poder adquisitivo del salario de los trabajadores nos han llevado a una situación de crisis permanente que nos vuelve cada día más pobres.

En paralelo, se ha montado un andamiaje que convierte en rédito político esa pobreza. Las subvenciones y subsidios que deberían ser mecanismos transitorios de ayuda se han convertido en herramientas de la más cruel demagogia política.

Que la falta de seguridad hace difícil el sostenimiento de la paz social y pone en jaque los derechos elementales de todo ser humano. La vida y la propiedad, como derechos inherentes de la persona se ven constantemente vulnerados por situaciones de violencia. Las políticas que pretenden negar las penas evitando reprender los delitos no han hecho más que condenar a todos los ciudadanos de bien a un estado de excepción.

Que la corrupción estructural en todos los órdenes del Estado se ha convertido en una moneda corriente, sumiendo en el mayor desprestigio a la dirigencia política.

Los lideres de izquierda condenan las grandes fortunas siempre y cuando no sean las propias. El escandaloso enriquecimiento de los funcionarios a costa de los impuestos y su vida de lujo no hacen más que demostrar su inmoralidad e hipocresía.

Que en pleno S. XXI el continente aún padece de situaciones puntuales de violencia política y lucha armada. Tal es el caso de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragüa o de tantas narcodemocracias como la de Bolivia, por ejemplo. Estas, lejos de ser condenadas por los poderes mencionados, son reivindicadas y protegidas. A la vez que experimentamos nuevas formas de violencia política impulsada por la socialdemocracia vigente en muchos países: como la desinformación sistemática, las ventas forzadas, las persecuciones fiscales, la imposición del pensamiento único de género.

Por todo esto DECLARAMOS:
PRIMERO, que trabajamos por una AMÉRICA UNIDA entendiendo que es esta una condición elemental para consolidar la soberanía de nuestros pueblos. Una
unidad donde el principal fundamento de la cohesión social sea la concordia política y el respeto de las diferencias. Incentivamos el diálogo y el encuentro en una cultura que busque el Bien Común. Hacemos expresa nuestra condena a toda forma de hacer política que recurra a la violencia y que vulnere el sistema democrático y republicano.

SEGUNDO que defendemos una AMÉRICA LIBRE, porque la libertad es un derecho natural inherente de todo ser humano. Esto supone defender de manera
inviolable el fundamento de la libertad que no es otro que el derecho sagrado a la vida en todas sus etapas y manifestaciones. Con ello enaltecemos también el derecho a la propiedad, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de culto, la libertad de asociación, entre otros, como presupuestos de una sociedad civilizada.

TERCERO que abogamos por una AMÉRICA SEGURA, en dónde la paz y el orden son exigencias inclaudicables para una vida digna. Por eso nos comprometemos a luchar contra el narcotrafico, el terrorismo y toda forma de crimen organizado transnacional que sojuzgan a nuestros hermanos.

CUARTO que luchamos por una AMÉRICA PRÓSPERA, condenando los métodos de empobrecimiento económico tales como la asfixia impositiva contra los contribuyentes, el déficit fiscal, la emisión monetaria descontrolada y la toma indiscriminada de deuda pública. Promovemos una política productiva velando por la dignidad del trabajo, la explotación y cuidado de nuestros recursos naturales y el desarrollo de nuestras potencialidades económicas. Buscamos un desarrollo económico transversal para nuestra sociedad. Promovemos una sociedad justa en donde existan oportunidades para todos.

POR UNA AMÉRICA LIBRE, SEGURA Y PRÓSPERA.
Buenos Aires, 3 de junio de 2023